A la par de estar gestionando y ensayando para la obra de PECDA debía de estar concretando mi retribución social PICS, que si bien no es parte una cosa de la otra ambas van en el mismo costal de obligaciones. Fue un proceso caótico, burocrático y cansado, pero al final pudimos dar el taller que teníamos agendado en el museo del pueblo, un taller de títeres planos que se llama ¡Titiriplano!, por azares del destino nos tocó impartirlo a un grupo de alumnas y alumnos de la Universidad de León que estudian diseño gráfico, también fue una amiga que hace comics y dos chavas más. ¡Me encanta dar talleres porque enseñando también se aprende! Al salir del museo donde ya habíamos terminado la clase nos encontramos a Adán, un querido amigo que había llegado desde Silao junto a su novia y su hija porque querían tomar el taller pero no lograron llegar a tiempo, entonces les dimos el mismo taller pero bajo un árbol de pirul en uno de mis lugares favoritos de Guanajuato.
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